jueves, 4 de septiembre de 2008

Crónica de un día cualquiera en una facultad cualquiera

El otro día hubo una concentración antitaurina delante del campus de Educación de la Universidad de Salamanca. Convocaba la Asociación de Amigos de Islero. La USAL impidió el paso a CUALQUIER JÓVEN que quisiera entrar, ya enseñara éste su DNI o su carnet universitario polivalente, cuya polivalencia se basa principalmente en poder sacar libros de las bibliotecas universitarias cuando los gorilas contratados por el Rector te dejan entrar, para sacar pasta de los cajeros del Banco Santander (parece el dueño de la universidad... ¿lo será?), mirar las notas en los cajeros de susodicho banco, y obtener descuentos en ciertas tiendas, porque lo que se dice para acreditar que efectivamente tienes cosas que hacer dentro de un campus, no sirve. Vamos, que dice de todo menos que eres universitario.
Los gorilas de la puerta se comportaron con prepotencia, negándose a proporcionar sus números de serie (a lo que están obligados), y una vez obtenidos estos (sin que ellos nos los dijeran), diciéndo a los compañeros que eso no servirá de nada.
La policía nacional se portó mejor que ellos, tratándonos con amabilidad excepto en unos momentos de tensión, y un agente que durante toda la intervención se comportó de manera prepotente, con guantes en las manos se daba aires de superioridad y pidió el DNI por despecho a un compañero al que no quería decir su número de placa, al ver que éste lo apuntaba una vez lo leyó en, efectivamente, su placa. Por lo demás ellos hicieron su trabajo (que no digo que esté bien), sin buscar líos ni altercados. La imagen de la Universidad es demasiado importante como para empañarla por unos toros, ¿no?

Unos compañeros entraron en el campus, ofrecieron resistencia no violenta, pero fueron desalojados. Por otra parte, había gente dentro que no fue desalojada. Si no podía entrar nadie... ¿Por qué podían entrar viejos y toreros?¿No dice la constitución que nadie puede ser discriminado por razón de edad? (entre otras cosas).
Por otra parte, de entre todos los “maderos”, el policía nacional que mostró más conductas agresivas (a un servidor le empujó con el argumento "porque me da la gana"), quitó la camara de fotos a alguien que estaba inmortalizando el momento... eso no sería extraño si no tuvieran cauces para denunciar si vieran vulnerados sus derechos (ese mismo argumento que nos dieron cuando pedimos que identificaran a los gorilas verdes).

Lo dicho. Esto es una democracia. Todos tenemos mogollón de derechos que como no se reflejan en las leyes... pues se quedan en derechos NO RECONOCIDOS por el estado infame.
Mientras, el ay-unta-miento de Salamanca, por favor, no se tome como una ironía en absoluto, se dedica a hacer de la ciudad un lugar mejor impidiendo que gente como yo se pueda expresar en la calle repartiendo octavillas (resulta que es una conducta antisocial grave... habrá que consultar el DSM-IV), sube los impuestos para financiar las notables mejoras de la ciudad, no roba en absoluto, y aunque tenga sus cosillas, no merecen en absoluto (ya he dicho que no quiero que se tome como ironía) que le den una paliza al alcalde. Por favor, ciudadanos de bien, respetad (no es ironía) al alcalde Julian Lanzarote, al rector Ramón Alonso, y a esa panda de buena gente que velan por nuestro bienestar desviviéndose por nosotros. En absoluto se comportan como una mafia, y la policía nos protege, y los gorilas verdes nos ayudan a decidirnos si entrar al campus a estudiar, irnos a quejarnos de esa buena gente antes mencionada (y a conspirar contra nuestros intereses, nunca contra los suyos, por Dios).

Lo dicho. Viva el fascismo, la democracia y cualquier cosa que nos beneficie según los planes del Alcalde Excelentísimo, y del Rector Magnífico, tan magnífico que no cabe en él.

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